A seis ascendió el número de personas que han sido asesinadas en Bucaramanga entre el pasado 29 de noviembre y lo que va de diciembre.
La víctima más reciente fue identificada como Didier Alexander Ramírez Mendoza, de 19 años de edad, quien fue baleado en el barrio Buenos Aires, en el nororiente de la ciudad. Una perra pitbull resultó herida en este hecho.
De acuerdo con las autoridades, a eso de las 8:00 de la noche del pasado lunes, este joven, conocido como ‘Ñoño’, se encontraba en unas empinadas escaleras de una zona conocida como La Rampa, en compañía de un grupo de amigos y su mascota (la perra).
Todo parece indicar que dos sujetos arribaron al lugar en una motocicleta. El parrillero se bajó, se acercó a la víctima y le disparó en reiteradas ocasiones.
“Este tipo bajó bastantes gradas para llegar hasta donde estaba mi hijo, mientras el otro lo esperó en la parte de arriba de las escaleras. En medio de todos (los presentes), le dio plomo a mi muchacho, como que 5 tiros: en los brazos, uno le atravesó el corazón y el otro se le incrustó en un pulmón”, relató Alexander Ramírez, padre del fallecido.
Mientras que Didier Alexander quedó tendido en las escaleras, un tío suyo intentó perseguir a los agresores cuando huían en moto. Al ver que no podía alcanzarlos, se regresó a auxiliar a su sobrino.
El joven de 19 años fue trasladado en un vehículo particular por sus familiares al Hospital Universitario de Santander, HUS, a donde llegó sin signos vitales.
Es de resaltar que en el atentado la perra recibió un disparo en la cara. Ayer aún tenía la bala incrustada.
Un antecedente
Según el testimonio de Alexander Ramírez, los pistoleros serían dos hermanos con los que su hijo tenía una serie de problemas personales.
De hecho, hace más de un mes ‘Ñoño’ ya había sido atacado a cuchillo en el mismo barrio.
“El 25 de octubre, mi hijo iba subiendo con la novia, lo agarraron y le metieron tres puñaladas, dos en la espalda y una en el pecho. Estuvo en el hospital y tuvieron que hacerle cirugía. Más de uno me había dicho que denunciara, pero dejé así para evitar más problemas”, sostuvo el progenitor, el cual no aclaró qué clase de inconvenientes tenía Didier con sus verdugos.
Del occiso se conoció que trabajaba como ayudante de construcción y vivía en el mencionado barrio con sus abuelos.
fuente/vanguardialiberal.com
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