En manos de particulares está el manejo de las canchas que se construyeron en Cúcuta con millonarias inversiones de la Nación, el Departamento y el Municipio.
Esto ha generado un negocio lucrativo alrededor de los escenarios, que amasa millonarias sumas de dinero sin que se conozca a ciencia cierta a manos de quienes van a parar.
Pero no solo eso, los vecinos de los barrios en que se construyeron las canchas casi nunca pueden jugar en ellas, debido a que permanecen ocupadas con gente que paga y viene de otros sectores.
Sucede en las canchas sintéticas que construyó la Gobernación con recursos propios, de Coldeportes Nacional y del Departamento para la Prosperidad (DPS), en los sectores de Chapinero, Claret, Vallesther, Siglo XXI y San Martín.
También en la cancha sintética que construyó la Alcaldía en Prados del Este, y otras 121 de tierra, en las que rara vez juegan las comunidades de los barrios donde están, como en Prados del Este, que fue entregada en arriendo a un particular por el Instituto Municipal de Recreación y Deportes (Imrd).
O en las canchas de tierra de Colsag, Aeropuerto, Los Copetes y Pescadero, entre otras, en las cuales se libran a diario intensas disputas entre sus administradores y deportistas, sencillamente porque no podemos usarlas quienes vivimos cerca de ellas y porque siempre hay gente de otros barrios jugando allí”, dijo Alejandro Martínez, un vecino del barrio de este último sector.
En esta cancha, según denunció el presidente de la junta de acción comunal, Carlos Arturo Cornejo, los niños no podían jugar los fines de semana, debido a que la anterior presidenta de la junta suscribió contratos para que equipos de afuera del barrio jugaran campeonatos de fútbol.
En Prados del Este, los vecinos se quejan de no poder jugar en la cancha sintética que construyó allí la Alcaldía, porque siempre está ocupada con equipos de otros barrios, que pagan sumas entre 60.000 y 80.000 pesos la hora.
Arnulfo Sánchez, director del Instituto Municipal de Recreación y Deporte (Imrd), admitió que se vio obligado a entregar en arriendo la cancha a una escuela de formación deportiva, para evitar costos de mantenimiento, no obstante, la entidad recibe 1 millón de pesos mensuales por esa entrega.
Dijo que igual sucederá con los patinódromos y las canchas de tenis Fabiola Zuluaga, que serán entregados a las ligas de patinaje y tenis. Allí, el instituto se ahorrará cerca de 200 millones de pesos al año por mantenimiento.
En Colsag, dos grupos se disputan el escenario en tierra donde se juega fútbol. Allí, el campo de juego es blanco de disputas permanentes por su uso. “Juega el que paga”, dijo Martín Arévalo, vecino del sector, padre de dos hijos, quien sostuvo que en varias oportunidades ha tenido que abandonar con sus hijos la cancha, porque llegan a jugar equipos de otros sectores que previamente han pagado.
Cancha sintética de Chapinero.
Según deportistas consultados por La Opinión, en la mayoría de las canchas cobran por jugar entre 60 y 80 mil pesos por partido, lo cual arroja una cifra mensual de 800 millones de pesos en las 121 canchas de fútbol que están en manos de particulares.
Y aunque el artículo 70 de la Ley 181 es claro en señalar que la administración, adecuación y mantenimiento de los escenarios deportivos estará a cargo del ente de deporte municipal, en este caso el Instituto Municipal de Recreación y Deporte (Imrd), en Cúcuta sucede todo lo contrario. Esta misión está en manos de Planeación Municipal y de los particulares.
Sánchez dijo que este es uno de los impedimentos que tiene para intervenir en las disputas por el uso de las canchas. Admitió el caos en que se encuentran los escenarios, porque su administración está en manos de particulares, que los explotan, y por ello dijo que solicitó a Planeación que resuelva en manos de quien deben quedar.
El secretario de Planeación, Jorge Omar Gandolfo, guardó silencio cuando se le preguntó en dos oportunidades por qué las canchas están en manos de particulares y por qué no se ha hecho el traslado de las mismas al Imrd.
En la cancha de fútbol del barrio Colsag, las disputas por el control del escenario son permanente.
En el caso de las canchas sintéticas que construyó la Gobernación, hoy en manos de particulares, Sánchez dijo que le había solicitado al gobierno departamental la entrega de los escenarios, ya que por ley y porque fueron construidos en terrenos del municipio, deben estar a cargo de la entidad que dirige.
Al ser indagado por qué se entregó el manejo de las canchas a particulares y no a la alcaldía, Jesús Alberto Umbarilla, jefe de proyectos especiales de la Gobernación, negó que sea así.
Dijo que el gobernador, William Villamizar, las entregó a las comunidades, con la advertencia de que no se puede cobrar.
Sin embargo, La Opinión corroboró con deportistas y administradores de esos escenarios que sí se tiene tarifa por su uso y que pueden llegar a producir 40 millones de pesos mensuales.
Y aunque también aseguró que el Gobierno seccional nada tiene que ver con los escenarios, otra cosa dijeron los administradores de las citadas canchas.
Cancha sintética de Vallesther.
‘El pago es voluntario’
Quienes tienen el manejo de las canchas sintéticas de Vallesther, Chapinero y Claret le aseguraron a La Opinión que asumieron la administración de las canchas ante el abandono en que quedaron luego de que la Gobernación las entregó en servicio.
En el caso de las canchas El Apóstol, en Claret, y la de Chapinero, en cuya construcción se invirtieron 7.105 millones de pesos, quienes están al frente de ellas dijeron que no existen tarifas estipuladas para quienes las quieran usar, “solo se pide una colaboración voluntaria a los equipos, la cual se emplea para el mantenimiento , ya que la Gobernación ni la alcaldía destinan recursos para ello”, dijo un administrador..
Diego Jaimes, quien tiene el control del escenario de Claret, dijo que allí juegan dos escuelas de formación y quien quiera jugar. Aseguró que Javier Salinas figura como administrador de parte de la Gobernación.
En Chapinero, el presidente de deportes del barrio, Jorge Buitrago, quien cuida la cancha, dijo que la Gobernación nombró a Germán Albarracín como administrador. “Él no deja cobrar por el uso, sin embargo, hay que pedir una contribución de 50.000 pesos por cada equipo, para mantenimiento.
La Opinión conoció que en Vallesther también se cobra entre 60 y 80 mil pesos por equipo por el uso de la cancha, que la mayor parte del tiempo está destinada a campeonatos.
Fuente/laopinion.com
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